Las personas por lo general somos un poco incrédulas, desconfiadas y nos
cuesta trabajo recibir indicaciones o seguir lo que terceras personas nos dicen
al pie de la letra cada quien al final es libre sobre que creer y que pensar,
en ocasiones no es fácil llegar a un común acuerdo, mucho menos convencer a las
masas para seguir instrucciones sanitarias o de otra índole, por lo regular
siempre es así o la mayoría de las veces, bueno fuera que nosotros los humanos
tuviéramos una manera de pensar igual a
la de los demás por naturaleza, imagínate que todos pensáramos de la misma
forma y las ideas fueran las mismas, ¿qué
aburrido no?.
Solo que en situaciones como
la que estamos viviendo sería de gran ayuda porque el poder de convencimiento
en masas resultaría de manera sencilla, haríamos entrar en razón a muchas personas
que no creen lo que sucede, siguen saliendo a las calles de manera
irresponsable sin la debida protección, omitiendo las recomendaciones sanitarias ya dichas “n” número de veces.
Esto es real no se debe tomar la ligera debemos protegernos siendo
responsables solo así evitaremos que sigan en aumento los contagios los cuales
al día de hoy en el estado son 268 casos
positivos y 49 los muertos, algo no
estamos haciendo bien, tampoco creo que la culpa la tenga el gobierno o sea
solo un invento más de su parte.
Debemos hacer caso mi gente de
lo contrario esta pandemia nos rebasara y no habrá marcha atrás tendremos
contagios por miles sumándole la carencia de hospitales e insumos médicos para
combatirlo, posteriormente nuestra economía (de por si devaluada), se vería
paralizada por que todo estaría cerrado, estando todo cerrado implicaría
fábricas, refinerías, transporte, etc.
Habría poca producción de
alimentos lo que concluiría en desabasto de comida y la poca comida que llegase
a haber en las tiendas aumentaría de precio, estando las fuentes de empleo
cerradas no tendríamos dinero para comprar comida por lo que la gente empezaría a robar al que más tiene
para sobrevivir todo por no hacer caso se volvería un estado anárquico y se le
saldría al gobierno de las manos.
Lejos de disminuir irían en
aumento los muertos y así sucesivamente se irían desencadenando más eventos
nocivos, generando un colapso económico sin precedentes, creo estamos a tiempo
de hacer caso por lo menos hasta que pase esto, ya después podremos seguir con
nuestra vida valemadrista de siempre,
pero hoy y hasta nuevo aviso debemos portarnos bien.
Tal vez sueno un poco extremo
en todo esto que escribo pero hay eventos sanitarios similares en África, continente donde abundan las enfermedades y lugar donde hacen
falta los organismos de salud, donde existe la hambruna, la desnutrición,
pobreza y súmale el coronavirus.
No se valla a mal interpretar
esto y generar un caos pero en caso de llegarnos a ver rebasados por el COVID-19 son
escenarios posibles que se podrían llevar a cabo en nuestro país por la parálisis de nuestra economía no es una idea
tan descabellada podemos llegar a este punto de colapso pero también evitarlo
siendo responsables.
Muchas veces me toca ver
comentarios en redes sociales de cómo piensan las personas sobre este virus,
escribiendo estas expresiones ¿Quiénes son los muertos?, ¡seguro es invento del
gobierno!, ¡nos están mintiendo!, ¡nos están manipulando! y más cosas de este tipo.
Y tienen razón en preguntarse
eso quizás porque nos han mentido durante muchos años el
gobierno desde el chupa cabras en su
momento, hasta lo que venimos arrastrando ahora llamado “Coronavirus”, por eso
la sociedad ya no cree tanto de lo que nos dicen, sumándole un factor extra que
son las redes sociales e internet jugando
un papel importante también, pero ojo es un arma de doble filo donde encuentras
información verdadera e información falsa, siendo esta última donde empieza la
desinformación la mayoría de las veces.
Hace unos días me encontré precisamente
en las redes sociales un texto que me llamo la atención e investigue un poco más
sobre cómo afecta nuestro sistema inmunológico el COVID-19 y cuál es su sintomatología.
Un doctor que ha vivido para
contarlo cuenta que entre los síntomas te dará fiebre pero no la común y corriente
que todos conocemos si no demasiada dicen que es la fiebre más alta que te haya
dado en tu vida.
Se te ira el sentido del gusto
(no detectaras el sabor de lo que comes), del olfato (no detectaras el olor a
las cosas).
Vas
a respirar cortito, como si te hubiesen puesto una tira de cinta en la nariz y
después le hubiesen hecho un huequito con un alfiler.
Vas
a tratar de llenar los pulmones. Vas a inhalar fuerte pero vas a sentir que
todavía te falta el aire. Y eso te va a asustar.
Vas
a toser mucho. Tanto, que te vas a cansar hasta casi desmayarte. Vas a sentir
como si hubieses corrido 10 kilómetros. Y eso va a ser cada segundo que estés
aquí.
Cada
vez que tosas, te va a doler el pecho, los brazos, los ojos, la espalda, los
dedos de las manos, los pies.
Vas
a tratar de tomar aire por el huequito en la cinta que ya te conté, y no vas a
poder. Vas a respirar cada vez más rápido, y eso te va a llenar las venas de
esa mierda que se llama dióxido de carbono, que es algo que te puede matar.
Entonces,
te voy a poner un tubito en la nariz para darte el oxígeno que tus pulmones no
pueden fabricar. Ese tubito te va a pelar la entrada de los dos huequitos por
donde respiras, y eso te va a doler aún más.
Y
si no puedes superarlo, va a venir un Doctor y va a ponerte un par de tubos de
media pulgada garganta abajo, hasta pasar los bronquios y llegar a los
pulmones. Eso se llama respirador artificial o ventilador. Es molesto, y
encima, no puedes hablar o comer.
Vas
a estar solo en una habitación cerrada. No podrás tener a alguien ahí, porque
lo vas a enfermar de la misma maldición que te está matando a ti.
Te
vas a sentir tan mal, tan sólo, que te va a dar ansiedad, y vas a sentir miedo
de morir solo. Te vas a deprimir. Eso va a empeorar tus síntomas, tu tos, tu
falta de aire.
Me
vas a llamar a mí y a mis compañeros mil veces en la noche o en el día, pero
estaremos muy ocupados.
Y
todo esto lo pudiste evitar...
¡SI TE HUBIERAS QUEDADO EN CASA!
No
se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy.
Abraham
Lincoln.
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